En un debate organizado por el Preu Portaleanos en la Biblioteca Nicanor Parra de la Universidad Diego Portales el senador Montes hizo hincapié en incluir el tema la calidad y terminar con la lógica del SIMCE en la discusión por deshacer el mercado de la educación. «Esto debió hacerse en 2014 con el proyecto de ley que puso fin al lucro, selección y copago», señaló. “Se cree que el SIMCE es sinónimo de calidad, como si se pudiera reducir la formación integral de un niño a una prueba psicométrica”.
“El famoso ‘semáforo’ que inventó el ministro de educación de la época, Joaquín Lavín, fue un doble pecado porque se había probado en EE.UU. y generó el mismo daño que en Chile”, agregó. “Se estigmatizaron colegios, cuando puede ocurrir que uno con bajo SIMCE tenga los mayores progresos en el desarrollo de los niños. El SIMCE ha generado muchas distorsiones”.
Comentó que en otros países existen pruebas de este tipo, pero su objetivo es que el colegio sepa sus debilidades y resolver cómo mejorar. Indicó que no encontró un país, como Chile, que tuviera más de diez pruebas al año del tipo SIMCE. “Se nos acerca Dinamarca, pero de otra manera porque los resultados no se hacen públicos. Incluso hay países donde publicar los resultados de una prueba así es delito, porque saben el daño que provoca”.
“Uno de los colegios que saca mejor SIMCE en Santiago empieza a preparar los niños en 1° básico. Tiene tres horas a la semana para que los niños sepan cómo contestar esta prueba, tiempo que deberían dedicar los profesores a formar a los niños, ayudarlos en su desarrollo, generar curiosidades, buscar cuál es su sed de conocimiento. En vez de eso, tienen que, literalmente, adiestrarlos para esta prueba”.
Finalmente, habló de la urgencia del proyecto que crea una nueva educación pública, porque “estamos más atrasado, y ya perdimos el 2014 y marzo de 2105”. “Tenemos que ser capaces de mover de otra manera las escuelas, de motivar a los profesores y alumnos, para que la educación pública recupere su sentido”.
Recordó que en la dictadura hubo un movimiento de renovación pedagógica con una gran motivación, que trabajan en peores condiciones que hoy. “Es grande la frustración que produjo el modelo de mercado en la educación”, terminó