«No soy chef, ni siquiera voy a las onces con galletitas», señaló el senador Carlos Montes al ser consultado, en entrevista con Tomás Mosciatti, sobre su participación en reuniones particulares, en el marco del acuerdo por la reforma tributaria, agregando su malestar por la forma en que éste se gestó y cómo se presentó al país. «A mi no me gustó nada» -insistió el legislador del PS.
Rescató como valioso el proceso de discusión, con amplia participación, que hubo en la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta y que se haya concordado con la oposición en el objetivo de recaudación y en el fin del FUT, aunque recalcó que este es una «primera estación» y que resta el debate particular, donde a su juicio, el énfasis debe estar puesto en cerrar los forados que permiten la evasión y elusión.
«Si esto no lo cerramos el proyecto no es bueno y si los cerramos puede ser un gran proyecto para este país», recalcó.
Respecto de la reforma educacional Montes recordó la instauración durante la Dictadura de un modelo educacional de mercado, donde se «echaron a competir» los colegios con un claro perjuicio para la educación pública.
Para el parlamentario por Santiguo Sur Oriente el corazón de la reforma es generar una nueva educación pública, pero simultáneamente se debe avanzar para cambiar la lógica de mercado y reenfocar el trabajo de las aulas, revisando el concepto de educación. «Lo central son los niños», sostuvo, destacando que es necesario retomar la educación como un proceso integral de formación de personas y no una mera preparación para pruebas como el SIMCE.