El senador Carlos Montes (PS) respaldó el proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno y que hoy fue votado a favor en su idea de legislar. En su intervención señaló que “la calidad de una sociedad se refleja, entre otras cosas, en la manera que trata al trabajo y a sus trabajadores”. Indicó que “no se trata de un problema legal y político, es antes que nada ético y cultural”.
“Nos preocupan las enormes desigualdades y abusos en nuestra sociedad. El gran desafío es conjugar el desarrollo económico con el respeto a los Derechos Fundamentales, como lo planteó muy bien el presidente de la Corte Suprema”, afirmó.
A juicio del parlamentario, lo que está en juego son las relaciones de poder dentro de la empresa, el modo en que se ejerce el rol de dirección y gestión, y cómo se distribuye la ganancia. “Pese a nuestros esfuerzos, no hemos logrado modificar la lógica al interior de las empresas y, por lo tanto, la distribución de la riqueza”, explicó.
Abordó los efectos que ocasiona la falta de un mayor equilibrio en la relaciones laborales citando como ejemplo que en Chile uno de cada cuatro trabajadores gana el salario mínimo; que el 20% de los trabajadores, a pesar de tener empleo, siguen en condiciones de pobreza; además, que según la encuesta de ingresos del INE, el 56,85% de los trabajadores chilenos recibe menos de $338.000 netos al mes. “Esto es una vergüenza”, añadió. “Esto no es propio de un país que se considera a sí mismo en camino al desarrollo. Este es el realismo, mirar la realidad, la desigualdad que afecta al alma de Chile”, sentenció.
Explicó que están abiertos a buscar formas para evitar efectos indeseados en la pequeña empresa, sin embargo, “se requiere fortalecer los sindicatos, negociación colectiva eficaz y el derecho a huelga que realmente permita influir en el cambio”, concluyó.
Intervención senador Montes votación idea de legislar Reforma Laboral
Texto Intervención
«La calidad de una sociedad se refleja, entre otras cosas, a la manera que trata al trabajo y a sus trabajadores. La sociedad que hemos construido post dictadura trata mal al trabajo y a los trabajadores. Tenemos una deuda pendiente. El Plan Laboral del 80 impuso un modelo de relaciones laborales basado en el poder total del empresariado, con desregulación, atomización de la organización sindical, negociación colectiva ineficaz y huelga no efectiva.
Muchos grupos han ganado harto a partir de esta situación. En particular, por ejemplo el retail. No es porque sí que estén en las tribunas la coordinadora del sindicato del retail.
El problema no es sólo legal y político, es antes que nada ético y cultural. Y cultural porque hay un problema de una mentalidad.
El gran desafío, a diferencia de lo que dice el senador Allamand, es conjugar el bien el crecimiento económico con el respeto a los Derechos Humanos, con el respeto a los derechos fundamentales, como lo planteó muy bien el presidente de la Corte Suprema, como lo plantea la instancia específica de la Corte.
Aquí lo económico y los derechos fundamentales hay que buscar conjugarlos.
A nosotros nos preocupan las enormes desigualdades y abusos en nuestra sociedad.
¿Qué está en juego en las relaciones laborales? La relaciones de poder al interior de la empresa. La forma en que se ejerce el rol de dirección y gestión. La forma en que se distribuye la ganancia y la riqueza.
Pese a todos los obstáculos en estos años hemos logrado fortalecer derechos individuales, judicatura laboral y otras cosas. Pero no hemos logrado modificar la lógica al interior de las empresas, y por lo tanto la distribución de la riqueza.
Incluyendo todas las categorías ocupacionales, uno de cada cuatro trabajadores gana el salario mínimo, uno de cada cuatro.
El 30% de los trabajadores dependientes del sector privado gana el salario mínimo. 18% de los trabajadores de la gran empresa gana el salario mínimo.
El 18 por ciento de quienes laboran en la gran empresa gana el salario mínimo.
Un 20% de nuestros trabajadores a pesar de tener empleo, siguen en condiciones de pobreza. Según la encuesta de ingresos del INE el 56,85% de los trabajadores chilenos recibe menos de $338.000 netos al mes. Esto es una vergüenza. No es propio de un país que se considera a sí mismo en camino al desarrollo. Este es el realismo.
El realismo es mirar la realidad. La desigualdad que afecta al alma de Chile. Fundamental de nuestra realidad.
Hablemos de unos casos concretos. Qué esto del piso mínimo, reemplazo, qué efectos tiene.
Año 2013, sindicato número 2 de El Mercurio de Valparaíso, que involucra a tres diarios. La empresa ofrece beneficios bajo el contrato vigente. Todos sus periodistas van a la huelga. No hay remplazo externo. Empresa sólo redestina a sus editores. Los diarios no dejaron de publicarse. Tras un mes en huelga, trabajadores sólo logran defender beneficios del contrato anterior. Este es el reemplazo interno. No hay huelga efectiva. Una sustitución que vuelve inoperante la huelga. Ese es el problema de no tener pisos. Trabajadores apenas defienden lo que ya tienen.
Otro ejemplo de reemplazo y que lo conocen mucho. En 2014, Farmacia Cruz Verde. Última oferta fue un alza de $3.000. Se aprueba la huelga, reemplazos le restan fuerza. Se estimula el descuelgue. Tras 38 días de huelga, trabajadores se ven obligados a mantener el contrato anterior por 18 meses. Un año después la empresa, que ofrecía un alza de $3.000, vende el 60% de su propiedad en una operación que se ha estimado en mil millones de dólares.
Y el descuelgue, qué significa el descuelgue. Veamos la situación de Scotiabank el 2014. Sindicato de 1.100 trabajadores, que llega Scotiabank y le desconoce el contrato, le desconoce los beneficios. Van a un conflicto y ganan los trabajadores, pero después de dos años de este conflicto y con gran dificultad. Pero aprueban la huelga, en medio de la negociación colectiva con un 97% de apoyo. El banco espero el desgaste. Un día antes de los 15 días hace una oferta para descolgarse. 400 de los 1.100 trabajadores aceptaron, firmando un contrato por cuatro años. El resto, unos 700, suscriben el contrato anterior por 18 meses. El sindicato de 1.100 trabajadores se quebró. Plazos de negociaciones no volverán a calzar entre los dos grupos de trabajadores.
Y las prácticas antisindicales, de qué estamos hablando. El 2011 el Citibank, el Banco de Chile, un mes de huelga. 600 trabajadores dejaron la huelga y se reincorporaron. Sindicato denunció prácticas antisindicales: fotógrafo en cada expresión, página web atacando trabajador por trabajador, ofertas individuales a los trabajadores. La Corte de Apelaciones les dio la razón a los trabajadores.
Para qué hablamos del Sturbucks. El Sturbacks que tiene un capital bursátil de 86 mil millones de dólares, en la negociación colectiva se dedicó a hacer puras prácticas antisindicales para evitar cualquier cosa que beneficiara a los trabajadores.
Para terminar, señor Presidente, deseo destacar que estamos ante un avance largamente esperado. Nos da vergüenza que ello ocurra recién ahora, pues estamos intentando hacerlo desde 1990. Es algo moderado, que existe en todos lados; se trata de cosas fundamentales.
Estamos dispuestos a efectuar precisiones a través de las indicaciones. Pero aquí se requiere fortalecer a los sindicatos, tener una negociación colectiva eficaz y que la huelga realmente permita cambiar las condiciones.
Por eso nos parece muy bien la titularidad sindical, la extensión de los beneficios, el derecho a la información y al trabajo sindical.
Estamos por mantener la prohibición del remplazo interno, para que la huelga sea real y efectiva.
Queremos revisar en detalle las normas sobre servicios mínimos.
Además, estamos abiertos a buscar fórmulas para evitar efectos indeseados en la pequeña empresa.
La materia en debate es muy importante. Tiene que ver con la calidad de la sociedad chilena. No es solo un aspecto puntual. Estamos por un cambio en la cultura, en la valoración del trabajo y de los trabajadores.
Por lo tanto, le pedimos a la Derecha que se abra a mejorar nuestro país y que no se dedique solo a defender los intereses de un grupo muy limitado».